Estudio psicológico de la diada madre-neonato durante el ajuste de la alimentación

Abstract

El ser viviente que presenta el período de crecimiento y desarrollo más prolongado es el hombre; quizá debido a la complicada y lenta maduración de su sistema nervioso y, más específicamente aún, de su función de simbolización. Antes del nacimiento, el niño se alimentaba a través de la placenta; después del nacimiento, la situación se modifica radicalmente y el niño debe ser capaz de ingerir, deglutir, digerir y absorber el alimento que se le ofrece. Durante los primeros años de vida el niño depende totalmente de otros seres, seres adultos que le cuidan y le proporcionan la satisfacción de sus necesidades básicas. El primero y quizá el más crítico evento social en la vida de un niño lo promueve la interacción durante la alimentación entre la madre y su hijo. Mavis Gunther (1959) ha reportado que los eventos en las primeras alimentaciones de un niño pueden afectar a las alimentaciones posteriores. Si un niño tiene una experiencia desagradable con el pecho de su madre, puede rechazar el pecho durante alimentaciones subsecuentes; recíprocamente, puede esperarse que la madre de tal infante rechazante o no cooperativo pueda ser afectada por.la conducta de su hijo. Brazelton (1962) reportó un caso histórico de la dificultad neonatal en el cual él describió un rompimiento de la relación madre-hijo y sus efectos deteriorantes subsecuentes en el desarrollo de ese niño. Estos ejemplos señalan la importancia de la relación recíproca más temprana de la madre y el infante para el desarrollo posterior de sus patrones interdependientes de conducta. Durante este largo período el niño está almacenando grandes cantidades de información, está aprendiendo los complejos patrones de conducta necesarios para la complicada interacción psicosocial, pues, a diferencia de otros seres vivientes en quienes genéticamente se transmiten los patrones de conducta y donde el aprendizaje a través de la experiencia desempeña un papel poco importante, el ser humano tiene prácticamente que aprender todo. Ese aprendizaje se realiza en el ser humano predominantemente al través de la transformación simbólica de sus experiencias; de su capacidad de crear símbolos que constituye, a la vez, una necesidad primaria tan importante corno la de alimentarse, la de mirar o moverse, así como de instrumento único tanto para adquirir conocimientos como para organizarlos y aplicarlos. Puede aseverar que la conducta humana no es sino el resultado directo de la interacción entre sus necesidades básicas y sus graficadores. Todas las vicisitudes que ocurran durante dicha interacción, en forma cualitativa o cuantitativa, modulan la conducta en desarrollo.